jueves, 2 de septiembre de 2010

Sentimientos perdidos.




Si de algo me he dado cuenta tras todo este tiempo "en casa" es que tanto mis sentimientos a algunas personas y los de esas personas hacia mi han cambiado. El antes buen amigo se ha vuelto idiota e incluso el antes idiota a madurado y se merece una segunda oportunidad. No ha sido del todo agradable sentirme fuera de lugar en el sitio que consideraba mi hogar pero, no todo a sido malo y, pese a que han sido pocas, también he recibido sorpresas agradables.

No haré mas mención del tema. Gracias a todos los que han hecho que este tiempo mereciera la pena.

Y como dijo Murphy sonría, mañana puede ser peor.

jueves, 19 de agosto de 2010

Cansancio.

Notas como la sangre bombea en tu cabeza, las paredes de tu mente encojen disminuyendo la capacidad de raciocinio. Los musculos se tensan, el entrecejo se frunce, los ojos se entornan. Las respiracion se acentua, los puños se cierran, la mandíbula se aprieta. Algo intenta tirar las paredes del corazón, son los gritos de agonía que por tanto tiempo han sido recluidos.



Dios, demasiado estres mental.

sábado, 31 de julio de 2010

Imposible



Todos tenemos sueños, ilusiones, metas. Esas son las cosas por la que el ser humano vive, lastima que pocos las cumplan. La sociedad es una masa de personas decepcionadas con sueños rotos, ilusiones estúpidas y metas imposibles. Lo que mas anelamos es lo que esta fuera de nuestro alcance y, aunque sea lo que nos de ganas de vivir tambien es lo que nos da ganas de acabar con todo, mandar al mundo a la mierda, despertar cada mañana sin nada por lo que luchar.

En cuanto a mi seguiré luchando por lo imposible con la intención de, cuando algún día lo consiga, salir a la calle, mirar al cielo y gritarle a Dios que se joda.

miércoles, 28 de julio de 2010

Y según Sabina...

...todavía me quedan 405 noches de todo esto.









Nunca diré que me arrepentí de lo que hice, de hecho, lo volvería a hacer cientos de veces.

martes, 27 de julio de 2010

Somewhere to hide.









Durante un periodo de mayor o menor tiempo de nuestra vida hemos tenido una persona que era lo mejor. Podia ser el amor platónico de tu vida, la persona perfecta, un tio supersimpático, tu posible mejor amigo.,. alguien con quien hablabas horas y le calentabas las orejas a tus demás amigos hablando de esa persona. Resulta que no son tan increibles y simplemente quedan relegados a un tercer plano en nuestra memoria.

Es triste, es cruel, pero todos lo hemos hecho y nos lo han hecho


Esto me llevo a algo que me he planteado varias veces y es la necesidad del ser humano de encontrar su lugar en el mundo. En cambio he llegado a la conclusión de que toda persona necesita un lugar donde sentir que NO pertenece al nada mas que a ese sitio.

Un lugar donde poder olvidarse de la sociedad, de las penas, de los problemas, un lugar donde poder ser feliz aunque sea por cortos periodos de tiempo. Claro que el concepto lugar es algo metafórico, no tiene por que ser una zona delimitada en un mundo material. Con un lugar donde olvidarse de todo quiero decir que puede ser desde una azotea con buenas vistas a la ciudad hasta un reproductor de música pasando por la cercanía con alguna persona querida, un rincón dentro de la propia mente donde poder reflexionar agusto, una cerveza tirado en un sofa e incluso una ciudad entera o mejor dicho las personas que alli habitan como sería mi caso.

Aprovechad estos lugares y no dejeis que los problemas destruyan vuestros momentos de paz.

martes, 18 de mayo de 2010

Cartas de un anciano: Días felices.




Querido lector:

Hoy he caido en la cuenta de que la gente de edad media o anciana, suelen responder que sus mejores días fueron en su etapa de "mozo", cuando tenían un cuerpo sano, no tenían que trabajar solo estudiar y sus únicas preocupaciones eran aprobar el próximo examen y la chica aquella a la que mirabas en clase de física soñando con poder besarla algún día. Muy a mi pesar, a mi me pasa todo lo contrario, mi etapa de estudiante fue la peor en mi longeva vida.

No es que estuviera marcada especialmente por ningún hecho que me hubiera causado algún trauma psicólogico, nunca me pelee con un compañero en la escuela, ningún profesor me tenía especial manía (aunque recuerdo que mi profesor de lengua castellana tenía la mania de puntuarme los exámentes por lo bajo) y mi padre, aunque estricto, se comportaba dentro de los límites permisibles para un padre.

Si me preguntaran cuales son los días mas felices de mi vida, no sabría que contestar. Los momentos félices han estado colocados aleatoriamente a lo largo de mi vida, el único problema es que cuanto mas felicidad sentía, cuanto mas alto estaba en el pedestal, mas dolorosa era la caida, lo que hacer que no pueda decidirme de cual fue la mejor época de mi vida. Irónicamente, a veces me da por pensar que la mejor parte de mi existencia fue mi no-existencia. Si, ya sabeis, el hecho de encontrarte todavía dentro del útero de tu madre, alimentandote de ella cual parásito.

Os preguntareis, ¿de verdad te acuerdas de cuando eras considerado un feto (ni siquiera un ser humano)?. Pues la verdad es que no, y eso es lo que me hace pensar que esa fue la mejor época, ya que no guardo ningún recuerdo malo (y támpoco buenos), por lo que está en un balance bastante equilibrado. Cada día que pasa, estoy mas convencido de que aquellos diez meses que pasé en el interior de la placenta (si, diez meses, pero eso es otra historia) fueron los mas "felices", mejor dicho los menos tristes, de mi vida. Una buena noche, un doctor me sacó de aquel estado de ignorancia y me miró con unos tristes ojos como diciendo "bienvenido al mundo que te hará llorar". Me levantó y me dio un golpe en la espalda...


...el primero de muchos que mas tarde me daría el destino.

martes, 27 de abril de 2010

Puntos de vista.









Cada vez, Hitagi me gusta menos.

Quizás sea por que hasta Junio no salga el último capitulo de la serie, pero bueno, habrá que esperar. Seguro que el final es una mierda, pero ha sido divertido mientras he estado esperando, quizás ahora no me oigais hablar nunca mas de Bakemonogatari, pero en el fondo habrá dejado huella en mi corazón.

¿Demasiada tontería por una serie? Solo son puntos de vista.


Lyra Deneb Aldion Selther~

domingo, 25 de abril de 2010

Carta de un anciano.




Querido lector:

A mi avanzada edad, pocas cosas he hecho de las que pueda decir que me arrepienta actualmente. Problemente, de las pocas de las que si lo hago, sea de haberla dejado escapar, y aquel sentimiento de abandona todavía me llena de amargura algunas frías noches en las que ya no tengo el calor de sus abrazos ni de sus pícaras sonrisas cuando estábamos en la cama.

Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Ante la gran puerta de roble de aquel restaurante, donde de una vez por todas le iba a pedir matrimonio. Aun era joven, sin duda, pero ahora me doy cuenta de que todo aquello fue mas que un amor adolescente e ignorante. Lo tenía todo para que aquella noche fuera inolvidable, una mesa reservada en un restaurante caro lo que me había costado no precisamente barato (exactamente la paga de dos meses en mi pobre trabajo como camarero), un traje de chaqueta heredado de mi padre y un anillo de estos que pasan de generación en generación.

Alli, delante de la gran puerta del restaurante, me encontraba yo, nervioso por la excitación del momento, lo que me había hecho llegar unas horas antes, pero eso a mi no me importaba, aquella era la noche que tanto había esperado. Me invitaron a pasar, pero preferí esperarla ante la puerta, para recibirla asi como es debido.

Las horas pasaron, y llegó la hora del encuentro, pero ella no había llegado aún.

"Las mujeres siempre hacen esperar a los hombres" me dije a mi mismo.

Finalmente, el sol se ocultó y dejó paso a la explendida luna, que brillaba en el cielo, pero ella aun no había llegado. Como es costumbre en esta zona, las nubes pronto comenzaron a llorar y me calaron de arriba abajo. El camarero en la puerta me ofració esperar dentro, pero eso no sería indicado para un caballero.

La media noche se abrió paso entre la noche, y la lluvia cesó, no sin dejar en mi una pulmonía de la que me resentiría un día mas tarde. Saqué el anillo y lo observé con amargura, seguramente habria sufrido algun contratiempo, nada de lo que preocuparse. Pero en el fondo de mi corazón, sabía que no era asi. Al levantar la mirada, alli estaba ella, vestida en un caro traje de color zafiro. Estaba tan bella como siempre, su largo cabello negro suelto por su espalda como de costumbre y sus ojos verdes relucían en su pálido rostro. Pero algo extraño había en esos ojos, y no era nada mas y nada menos que el enrojecimiento que se provoca al llorar.

Las lagrimas comenzaron a aflorar de nuevo, pero no me dejó acercarme a ella a pesar de mis intentos. Sollozando y hablando de manera entrecortada, me dijo que no podía continuar conmigo, que a pesar de que me quería todo se la hacía demasiado duro. Aquello me dejó pasmado y estupefacto, siempre me consideré una persona observadora e inteligente, pero nunca me vine ver aquel abandono.

Sin poder hacer nada, observé como se marchaba a través de la espesa oscuridad que cubría la acera. Mi vida se marchaba, y yo nisiquiera movi un dedo para conocer los motivos de aquello. Con furia lancé el anillo a una alcantarilla, y rompiendo los retrovisores de los coches, arruiné aquella velada que iba a ser tan especial.

Querido lector, si has leido esto, por favor, aprende la lección. Si de verdad quieres a alguien, no lo dejes marchar, si no lo único que te quedará será una eterna amargura.



Se despide, una persona cualquiera que no pudo vencer al cruel destino.